Debido a las recientes elecciones en un solo día recibí siete correos ordinarios de propaganda electoral no solicitada. Si hubiera sido en mi correo electrónico quizá me habría molestado menos porque los filtros antispam me habrían ahorrado la molestia pero en la vida real no hay filtros y recibo todo aquello de lo que soy destinatario así que investigué un poco y después de unos emails con la Agencia de Protección de Datos me enteré que hay una ley, la Ley Orgánica 5/1985 de 19 de junio de Régimen Electoral General, que legaliza el envío de correo no solicitado por parte de los partidos políticos. Como se dice en el articulo 41, apartados 4 y 5 de dicha ley los partidos tienen derecho a tomar los datos de todos los ciudadanos del censo electoral, así, la única forma de dejar de recibir publicidad indeseada que se me ocurre es… ¿darme de baja en el censo electoral y perder mi derecho a votar? Uf, espero que haya otra que no interfiera con mis otros derechos pero lo desconozco.
Para finalizar solo quería apuntar el cada vez mayor asombro que me produce la clase política que no se conforma con legislarlo todo sino que encima se regalan televisores o jamones mientras hacen leyes que principalmente (y a veces únicamente) les benefician ellos como la citada anteriormente o la que limita el coste de las llamadas entre países comunitarios, hecha por y para los europarlamentarios, claro, sus más de siete mil euros mensuales no les son suficientes para pagar el teléfono mientras la brecha digital sigue ahí y los españoles disfrutamos de conexiones de internet el doble de caras y la mitad de rápidas que nuestros vecinos.
Actualización: Un consejo sobre qué hacer cuando recibamos la propaganda electoral: En la parte frontal escribir DEVUELTO, en la parte trasera escribir RECHAZADA y depositar la carta en un buzón u oficina de correos.
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