Leyendo Scroogled, un relato de ciencia ficción de Cory Doctorow, no puedo dejar de pensar que con demasiada ligereza decimos a menudo que estamos en un país libre: al poco de nacer te fichan, no puedes hablar si quiera pero ya tienen tus huellas y tus datos, cuando mueres también te fichan, cuando abres una cuenta bancaria, cuando vas al colegio, al instituto, a la universidad o cuando te inscribes en algún club. Cuando vas al trabajo ‘fichas’, cuando ingresas en un centro médico te abren u historial clínico y aunque no lo quieras formas parte de secciones del mercado que son estudiadas concienzudamente para vender más. Cuando navegas, ves un vídeo o consultas una localización seguramente un perfil asociado a tu cuenta en google, yahoo, o msn se actualice para reflejar tus intereses y poder ofrecerte así publicidad asociada a tu perfil.
Algunas de estas empresas tienen ya listas las primeras versiones de su software para almacenar y compartir entre diferentes organizaciones médicas datos relativos a tu salud y es que la sanidad es un negocio muy importante. Claro, uno podría pensar que tratándose de empresas tan importantes no tiene de qué preocuparse pero nada es perfecto, nada es completamente seguro y sin ir más lejos se han descubierto problemas de seguridad en gmail, por ejemplo, uno de ellos permitía que fácilmente pudieran obtener datos relativos a tus contactos y este es solo uno de tantos. ¿Qué ocurriría si tu historial médico fuera guardado de forma centralizada y electrónicamente?. Que datos como tus síntomas, los medicamentos que tomas, tus alergias, las operaciones que has sufrido, los resultados de las pruebas que te han hecho, tus vacunas, fecha de nacimiento, sexo, etnia, peso, altura, otro hábitos o historial familiar podrían quedar al alcance de cualquiera.