Está claro que todos los países tienen contradicciones, pero en España la norma es ser contradictorio.
Porque a los demócratas de toda la vida les parece normal que nos quiten el derecho al voto a los emigrantes y a los invidentes. Y claro, al español medio le parece normal que las fuerzas armadas apaleen a los catalanes que quieren votar, como le parece normal que encarcelen preventivamente a dos activistas por fomentar protestas pacíficas. Y cuando se aplique el 155, al español de toda la vida le parecerá normal que se de un golpe blando en catalunya y que, como tejero, el pp tome el control del parlament y de los medios de comunicación, además de los mossos y su hacienda, cosa esta última que ya ocurre con total normalidad. Porque el español ve normal que la soberanía de una región resida en otra región, como también ve normal que la jefatura del estado esté reservada para los descendientes barones de una sola familia. Familia elegida por un dictador sanguinario que torturó y asesinó durante 40 años y que se murió plácidamente en la cama, normal, menos mal.
Pero, ¿cómo se normalizan todas esas vergüenzas frente a la opinión pública?. Usando los medios de comunicación de masas y el boca a boca.
Obviamente, los grandes medios de comunicación conservadores no se esconden, y a menudo hacen pseudo-debates donde todos los invitados tienen el mismo punto de vista y donde no hay variedad intelectual, por lo que se acaban convirtiendo en repetitivos monólogos de orangutanes golpeándose el pecho. Además, sus entrevistas a políticos progresistas son linchamientos mientras que las entrevistas a nefastos políticos conservadores son un masaje. Normal.
Pero también es normal que medios supuestamente de izquierdas como cuatro, la cadena ser y la sexta tengan un punto de vista claramente sesgado, pues hacen programas titulados «El precio de la independencia» pero no explican lo que les costaría a los catalanes quedarse dentro de españa. Además, periodistas como antonio ferreras, cristina pardo, jordi évole o ana pastor no disimulan su deseo de que no exista una República Catalana dejando atrás cualquier esperanza de neutralidad en su trabajo. Esto, recordemos, los medios progresistas y por tanto republicanos, normal. Como normal es que partidos supuestamente progresistas y republicanos como podemos, compromís e izquierda unida estén en contra de la República Catalana. De hecho, alberto garzón desconfía de la República Catalana porque la burguesía la apoya, obviando que en la europa del siglo XXI se necesitan fuerzas políticas transversales para cambiar el status quo, cosa que los catalanes han trabajado durante décadas mientras él se dedicaba a leer a marx, a hablarle a la clase obrera de la plusvalía y a masturbarse mentalmente pensando que no estaban tan mal, pues al fin y al cabo el 3% que les votan son votantes ilustrados. Es increíble que en españa ningún partido mayoritario apoye la independencia de catalunya: ¡a la hora de la verdad, ni podemos, ni compromís, ni izquierda unida son republicanos!. Sin embargo, Sánchez Gordillo, bildu y el pnv sí que han apoyado el referéndum, incluso a pesar de que el país vasco puede salir perjudicado si se declara la República Catalana.
Y así, las regiones que no hacen más que subvencionar la agricultura y la ganadería de bajo coste tienen salarios bajos y paro alto. Pero les parece normal gritar «a por ellos» cuando envían sus fuerzas armadas a los catalanes porque los mass-mierda les han dicho que su pobreza es debida a los catalanes. Cuando en verdad tendrían que estar agradecidos, por este orden, a los madrileños, a los catalanes, a los valencianos y a los baleares, que son a quienes les roban para que ellos tengan infraestructuras y servicios sociales que de otra forma no se podrían permitir con su actividad económica. Las zonas que, estando retrasadas y subvencionadas se alegran del apaleamiento de los catalanes no solo gritan ¡Vivan las cadenas!, sino que, siendo igualmente esclavos del sistema, también gritan ¡Muerte al esclavo que quiere liberarse!.
Por no hablar del poder ejecutivo, quienes solventan los asuntos catalanes en cuestión de horas o días mientras los casos de corrupción se eternizan durante años y se niegan a perseguir a los torturadores de la dictadura y a los políticos que no respetan la ley de memoria histórica.
Dada toda esta sub-normalidad, no podemos obviar que el pp$o€¢ no quiere que los catalanes respeten las leyes españolas, ya que cuando pidieron a puigdemont que no declarara la independencia y que dialogaran este dio un parón y abrió un proceso de diálogo de dos meses. A lo que madrid ha respondido encarcelando a dos activistas pacíficos y haciendo planes para que el pp, el partido que obtuvo el 8% de los votos en catalunya, tome el poder del parlament, los medios de comunicación, los mossos y la hacienda.
Pero que no te engañen, el independentismo catalán y el nacionalismo vasco tienen una solución bien sencilla. Si el pp$o€¢ deciden mañana que españa es un estado de estados como hicieron los eeuu hace siglos, el problema se acaba el minuto siguiente. Aunque dudo mucho que ocurra, ya que entonces dejarían de robar ya que en eeuu el gobierno central se dedica, básicamente, a la política internacional. Frente a la resignación generalizada e incluso lo rebuznos de la ignorancia hay que galopar. Porque es de necios alegrarse del apaleamiento de tus vecinos y apremiar su represión porque, como dijo Paulo Freire, la opresión produce deshumanización: españa deshumaniza a los catalanes para poder reprimirles sin remordimientos, pero a la vez se deshumaniza a ella misma, la represión española a los catalanes nos deshumaniza a todos los que nacimos en españa.