Respondiendo a Javier Marías

Javier Marías publicaba un artículo de opinión llamado Tiempos saqueadores en el país semanal del pasado 6 de enero de 2008. Algo ocurre cuando en menos de una semana personas del mundo de la cultura vierten opiniones contrarias al interés general, algo está ocurriendo, algo está cambiando y los políticos parecen no darse cuenta. Pero lejos de querer compararme con Javier Marías solo quiero dar mi respuesta desde esta humilde página ya que el diario el país no da ninguna opción para que sus lectores lo comenten, será que no les interesa el feedback o que conocen tan bien a sus lectores que no necesitan saber lo que opinan.

Cuando habla del dominio público afirma que «esta práctica es una anomalía y una excepción, en gran medida una injusticia», a mi más bien me parece una medida de justicia para la sociedad, de donde proviene en parte la inspiración y el aprendizaje necesarios para la creación artística.

Compara la situación de los artistas con las de los herederos de terratenientes o empresarios, sin embargo para la inmensa mayoría de creadores la situación es precaria hasta el punto de tener que pagar para que gestionen sus derechos.

«Las tierras, los negocios, las fábricas, los muebles, los cuadros, por supuesto el dinero, los pisos, los edificios, las acciones, todo eso se transmite de una generación a otra y nunca -ni a los setenta ni a los quinientos años- pasa a ser del dominio público». Si son expropiadas por ser de utilidad pública o interés social pasan a ser del dominio público, pero de la cultura se presupone esa utilidad e interés social. No obstante, si tengo una tierra y la vendo me quedo sin tierras, pero si tengo una canción y vendo un soporte con dicha canción, sigo teniendo una canción, además de lo que me han pagado.

«No hace falta recurrir al nítido ejemplo de la Casa de Alba en nuestro país: también el zapatero lega su zapatería, el panadero su panadería, el terrateniente sus fincas, el banquero su banca, el especulador inmobiliario sus inmuebles, y así todos los profesionales.». De nuevo, si el panadero quiere vender 100 barras de pan tiene que hacer 100 barras de pan, pero el escritor puede vender 100 copias de una sola obra, cobrar canon por cada impresora, recibir ayudas estatales, etc.

«Al escritor, al músico, al pintor, al cineasta, se les impone un plazo difícil de justificar, si nos olvidamos de lo que dije al principio.». La justificación para el plazo para entrar en el dominio público es sospechosamente similar al tiempo que le queda a mickey mouse para hacerlo por lo que si todo sigue igual sus textos no entrarán jamás en el domino público, felicidades.

«Pero, como también son ciudadanos que deben pagar sus alquileres y el colegio de sus niños, la cesta de la compra y la ropa que se ponen, están siendo objeto de una discriminación descomunal.». La inmensa mayoría de los creadores no puede vivir de los royalties, si eres una excepción felicidades.

«Pululan por ahí ideas muy bonitas pero completamente injustas y erróneas. La cultura es de todos, se oye a menudo, sobre todo en boca de los consumidores, que en realidad están afirmando que la cultura es gratis.». El problema es que si ahora me bajo una película pago canon varias veces, por lo que en el caso de que sea una obra protegida pasas por caja, pero si no lo es también. En las bibliotecas por ejemplo también pasas por caja múltiples veces: tienen que pagar los libros, además de un canon, lo que impide comprar más libros.

«Téngase en cuenta, para mayor escándalo, que el libro, la canción, la película o la pintura que tanto gustan a la gente, y de las que tanto presume el Estado, no son una mera posesión del artista -como las tierras y las casas-, sino que además son su creación, algo que ellos han inventado y que no existiría sin su imaginación y su trabajo.». Y, añado, cuya calidad en general deja muchísimo que desear.

«¿Y ustedes creen que dedicaríamos tanto esfuerzo si nuestras obras pasaran a ser -del dominio público- inmediatamente, si nuestra propiedad intelectual dejara de existir de hecho al instante y no sacáramos un euro de nuestras invenciones?». Lo primero es que invenciones pocas, muchas de las creaciones son copias o toman elementos de otros artistas. Por otro lado, los desarrolladores de software libre han encontrado formas de regalar sus productos y ganarse la vida, hasta el punto de que varias empresas que siguen un modelo de negocio de este tipo cotizan en bolsa: su modelo de negocio no es mi problema.

«Yo, la verdad, no escribiría una línea. O, mejor dicho, no la publicaría, y, como Salinger, guardaría mis textos en un cajón hasta la llegada de tiempos más respetuosos y menos saqueadores.». Aquí parece que Javier Marías toma por tonto al lector: estamos ante la época del copyright más largo, del canon más caro y extenso, ¿pretende estar indignado?.

«yo no protesto porque el Estado grave mis cigarrillos con impuestos especiales para financiar la sanidad pública». Quizá tú no, pero hay gente que sí lo hace, a pesar de que el tabaco hace que el estado tenga que dedicar parte de sus recursos a curar los cánceres que os causa el vicio. El copiar sin embargo no solo no causa perjuicios sino que ayuda a vender más, hay varios estudios al respecto por investigadores y entidades independientes: documéntate.

«Ninguna solución parece del todo equitativa, en todo caso.». Ante una afirmación así solo puedo decir que más bien parece que no hayas estudiado ninguna solución y que solo pretendas justificar la sangría actual.

«Pero, dada la anomalía, excepción e injusticia antes mencionada, de la que son víctimas los artistas». Hay quien lo ve medio lleno, hay quien lo ve medio vacío, pero tú lo ves con cantidad negativa.

«lo que a nadie parece ocurrírsele nunca es la posibilidad de que éstos, en compensación por el despojamiento futuro de que tradicionalmente han sido objeto, y del desvalijamiento presente de que también lo son ahora merced a las nuevas tecnologías, gocen de algún beneficio fiscal en vida, de tal manera que, ya que no se les permite dejar en herencia indefinida sus obras, sí puedan dejar más dinero.». Documéntate: el canon no tiene que ver con el domino público ni con la tecnología. En cualquier caso los únicos que se beneficia con el canon, y también con tu artículo, son las entidades de gestión: han percibido cientos de millones de euros por él y si investigas cuanto han dedicado a sus socios te echarás a llorar.

«Los creadores, por tanto, deberían estar exentos de pagar impuestos – por los beneficios obtenidos de sus obras de pensamiento o arte exclusivamente.». Como no os vale con hacernos pagar a los ciudadanos ahora también queréis hacer pagar al estado, muchas gracias pero llegas tarde.

«Lo que no puede ser es que todo el mundo disfrute y saque provecho eternamente de lo que hacen los creadores y pensadores, menos ellos mismos y sus descendientes.». ¿En qué mundo vives?, Javier Marías. Porque en este país todo el mundo pasa por caja, todo el mundo paga canon varias veces, incluso empresas e instituciones que no pueden ejercer el derecho de copia privada. ¿Y tú? ,¿pagas a los creadores?, porque el tipo de letra con el que está impreso tu artículo lo habrá creado alguien, porque las expresiones que has utilizado las creó alguien. ¿Por qué, tanto que te quejas de que os usurpan vuestros derechos, no te saltas esa ley que te parece tan nefasta y pagas a los creadores de lo que has usado?. El sistema que defiendes es nefasto para todos menos para los top 10, y no solo perjudica a los creadores: peluqueros, taxistas, autobuses, bibliotecas, usuarios, etc todos a pagar porque vosotros lo valéis, para que nos insultéis, para que confundáis a la gente y a las autoridades con vuestras campañas de publicidad y, al final, nada cambia, salvo las cuentas de las entidades de gestión que por cada movimiento han cobrado su cuota.

disculpenlasmolestias.com

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