Se me ocurrió cuando acabó la gala de los premios Goya, no sabía por qué, pero cuando a uno le dan una estatua en un escenario lo único que se le ocurre es dar gracias a vete a saber quién por vete a saber qué razón, como si el mérito no fuera suyo, además, ¿cómo narices se atreve nadie a dedicar un Goya? Con todo lo que representó ese gran artista. Ahora me viene el recuerdo de la pasada edición en la que se decía una y otra vez no a la guerra, yo también lo dije, pero ahora me sabe a poco, es como un cuento que se le narra a un crío: ¿si no queremos guerras por qué tenemos ejército?, ¿por qué tenemos empresas armamentísticas (creo que en mi misma comunidad hay una empresa que construye minas)?, ¿está la sociedad dispuesta a admitir el cese de todas nuestras actividades relativas a lo bélico, dejando en la calle a toda esta gente? Me temo que no.
Y ya que estamos con conflictos hablemos del que está ocurriendo por las famosas viñetas de Mahoma. Ante todo: SI A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, pero esta es únicamente la mejor jugada que podía esperar un diario sensacionalista como en el que aparecieron las viñetas (y de paso, decir que las viñetas no son nuevas: aparecieron hace meses solo que un periódico las volvió a mostrar recientemente): publicidad gratuita, sus viñetas en todos los medios del mundo, entrevistas a sus jefes, etc y decidme ¿quién había oído hablar antes sobre este o cualquier otro diario noruego?. Por otro lado, no hay duda de que las represalias de los extremistas han sido desproporcionadas habiendo producido a día de hoy seis víctimas pero, sin justificarlo, recordemos que los musulmanes tienen prohibido representar a Mahoma, de forma que el equivalente cristiano (para contextualizar) sería matar, cometer actos impuros, mentir, robar,… todas cosas mal vistas y/ o penadas por nuestra sociedad. Es decir, para ellos Mahoma es sagrado pero para nosotros lo que es sagrado es la libertad de expresión: que bonito queda decirlo, cuando son nuestros propios ciudadanos los que a menudo arremeten contra ella.
No hace falta irse lejos… en Madrid se estrenó hace un tiempo una obra de teatro llamada «Me cago en Dios» (creo recordar), en la que se criticaba mucho a la Iglesia Católica. Según tengo entendido hubo agresiones por parte de los feligreses hacia los responsables de la obra.
Yo opino (ya que es gratis, y mi opinión pese a ser inútil es una opinión), que las tiras sobre mahoma rayan la Xenofóbia. Tenemos un seleccionador de fútbol que llamó «negro de mierda» (indirectamente) a Henry, y fue multado. En el Athletic hay un entrenador que ha comparado a Etoo con los monos (por su metáfora de «bajar del árbol»). ¿Por qué sólo criticar esta segunda parte cuando son dos formas de expresión tan válidas como la primera (mahoma de terrorisa)?
Lo que olvida la gente es que la libertad de expresión no es un derecho, es un privilegio que nos ha costado generaciones en llegar, y su mal uso denota una sociedad actual poco madura.
Lo primero: agradezco todas las aportaciones.
Y solo añadir, ya que se me pasó comentarlo, que al mismo que se le ocurrió lo de las viñetas sobre Mhoma hizo unos meses atrás algo parecido con Jesucristo y el diario no lo publicó porque podría herir las sensibilidades de sus lectores. Y repito, en ningún caso creo que está justificado todo lo que está pasando pero conforme está la situación internacional creo que es poco inteligente hacer este tipo de viñetas y darles la proyección que se le están dando.