Hola, transcurrido un tiempo prudente desde las primeras noticias del devastador Tsunami se me hace necesario plasmar algunas de las ideas que fueron madurando dentro de mi cabeza; desde luego hay algo que me creó una preocupación estremecedora, empezaré por aquí: Yo, como ateo, tengo una visión un tanto particular de la muerte, y cuando veo tragedias las veo como algo que nos iguala a todos, para mi, la vida tiene mucho valor puesto que se que no hay un mundo después de este y que tampoco me voy a reencarnar como podrían pensar los creyentes de algunas religiones, es por eso que tanto el vivir como el morir me inspiran un gran respeto, digamos que veo la muerte como un punto y final, el fin de un texto, el fin de una vida es la nada, el vacío. Pues bien, pude ver como, tras la tragedia, los cadáveres de turistas con rasgos occidentales se metían en cámaras frigoríficas, se les hacían autopsias,… mientras que a lo cuerpos de los nativos se los incineraba o se los enterraba en fosas comunes, es decir, que en estas circunstancias, incluso después de la muerte, el dinero supone un cambio tan brutal para los creyentes como el poder o no poder velar el cuerpo de una persona (en la religión de estos países está contemplado el luto de una forma bastante parecida a la de los países occidentales).
Y aún más, los medios de comunicación alertaban sobre la posibilidad de que mafias secuestraran niños tras la catástrofe para usarlos en negocios de prostitución infantil y ponían el ejemplo de un niño creo que alemán al que le habían visto salir del hospital acompañado de un desconocido de tez blanca (no se en que habrá quedado el caso pero ojalá que halla acabado bien), pero no entiendo el amarillismo y la psicosis de los medios de comunicación, esto ocurre a diario, si no en esos mismos países en otros circundantes y a nadie le interesa, si bien es cierto que ocurre con lugareños, a veces abuelos que venden a sus nietas por mil dólares, no debería de alarmarnos tanto estas posibilidades, de hecho, a algunos de estos países se los conoce en occidente por ser destino turístico sexual, tanto de adultos como de niños, y sin embargo mantenemos relaciones normales con sus gobiernos corruptos que hacen la vista gorda e incluso no vetamos el acceso de nuestros ciudadanos a este tipo de países, y recordemos que hay países en los que se sabe que el número de turistas que van exclusivamente a aprovecharse de esta gente es alto. Y no son sólo los ciudadanos, todos hemos visto películas o leído libros sobre el Vietnam, los soldados que gastan sus pagas con las prostitutas haciendo crecer un negocio a priori nefasto bajo situaciones nefastas, y no sólo soldados, también he escuchado que en algunas catástrofes, a raíz de que iban representantes de la ONU y de la OTAN surgía el negocio de la prostitución para alimentar sus ansias; una profesión, para mi, totalmente respetable excepto en estas situaciones, en las que los más débiles se encuentran entre la espada o la pared. En fin, espero que nuestros soldados/representantes no se sobrepasen demasiado con aquell@s a los que no les quedó otra opción.
Y ya que antes salió el tema de la religión, y a raíz de un documental sobre los mormones que vi hace un tiempo, en el que trataban esa especie de misionado que hacen los mormones barones jóvenes para, entre otras cosas ‘hacer llegar su mensaje a la gente’, en el documental se mostraban puntos de vista de los misioneros jóvenes y de otros que habían sido antes misioneros y que al poco tiempo lo abandonaron porque les parecía que se estaban aprovechando de ellos, bueno, la conclusión del documental era que en buena parte se aprovechaban de ellos y que intentaban modificar su forma de ser, ya sabes, el como piensan, como se visten,… Y fue el tema de la vestimenta el que me llamó la atención, quiero decir, si tengo alguien que se parece algo a un dios ese es B.B.King, bien, digo esto porque me parece que canta y toca con tal sentimiento que lo contagia a los que le escuchan, y por eso, porque le adoro me gustaría parecerme a él, claro me gustaría parecerme en lo que le adoro, me gustaría muchísimo hacer música como la que él hace y, aprovechando el paralelismo, diré que no entiendo la forma de vida de cristianos y de creyentes de las distintas derivaciones de esta religión: si quieren estar cerca de su dios deberían hacer lo que él hizo, es decir, y esto va tanto por los creyentes de a pie como por la jerarquía eclesiástica, todos ellos deberían vivir humildemente como carpinteros esperando el día de su muerte para, se supone, resucitar posteriormente, como le pasó a su dios; eso es lo que deberían hacer, y no vivir anclados en el pasado, ni rezar en templos que han costado verdaderas millonadas, ni hacer visible su riqueza, ni negar el uso de métodos como el preservativo que puede salvar la vida de muchos, ni negar la felicidad a otros porque no sean como ellos son; vamos, eso creo, aunque igual es que tienen un dios tan cabroncete que dijo: -¡Hey!, ya he llegado hasta aquí. ¡Soy Dios!. ¡Soy lo más! y ahora, para joder un poco a mis adoradores, escribiré un libro para que lo sigan y nunca lleguen a donde yo estoy.
Llámame malpensado y acertarás, dijo alguien.