Archivo por meses: diciembre 2007

Legalizando el espionaje

En 2005, los estadounidenses aprendieron que su presidente había autorizado a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) a grabar comunicaciones telefónicas y correos electrónicos de ciudadanos estadounidenses dentro de los estados unidos sin necesidad de tener una orden de acuerdo con la Foreign Intelligence Surveillance Act of 1978 (FISA). La FISA prohíbe la vigilancia electrónica no autorizada. Poco tiempo después los americanos también aprendieron que las principales empresas de telecomunicaciones participaron en escuchas no autorizadas, entregando billones de comunicaciones privadas de sus clientes y grabaciones. Posteriormente, EFF (Fundación Fronteras Electrónicas) desarrolló evidencias específicas e indiscutibles demostrando la participación directa de AT&T en las escuchas no autorizadas desviando las comunicaciones de sus clientes a la NSA.
EFF cree que la vigilancia no autorizada viola la cuarta enmienda, la FISA, la ley de vigilancia y probablemente la ley de privacidad de comunicaciones electrónicas. Además, no está ni autorizado ni justificado por los poderes constitucionales del ejecutivo.

Traducción parcial y libre de la página http://www.eff.org/issues/nsa-spying.

Ahora, después de meses de presión de la administración bush, el senado al completo está listo para garantizar inmunidad retroactiva a estas empresas, lo que asegurará eficazmente que el texto completo de su complicidad jamás verá la luz.

Traducción parcial y libre de la página https://secure.eff.org/site/Advocacy?cmd=display&page=UserAction&id=337.

Estos días tiene lugar uno de los mayores golpes contra la presunción de inocencia, los derechos, la libertad y la justicia.
Si eres ciudadano estadounidense puedes hacer algo, sino, te invito a investigarlo y pensar si existe algo que evitaría un caso igual donde vives.

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La vida ideal

Felicidad es, sin duda, la palabra que define la vida ideal, así, todos hacemos lo que podemos por llevar ese tipo de vida, un tipo de vida feliz, en la que no existan las heridas, los muertos, el dolor o la peste. Lavados de cerebro desde el principio, negamos que lo malo o lo doloroso formen parte de la vida, creemos que todo deben ser buenos momentos, lo que nos hace no valorarlos lo suficiente y que las caídas sean más duras.

Pero la vida ideal no existe, ni si quiera como concepto: si lo tuviéramos todo, si no nos faltara de nada, no lo valoraríamos, de ahí, quizá, nace la competencia: ya no vale decir «soy bueno» sino que hay que decir «soy mejor que él», eso nos hace superiores a alguien, nos medimos contra otro, y esa escusa sirve incluso para las peores situaciones: sí, a mi me falta una pierna pero a él le faltan los dos brazos.

En la publicidad, por ejemplo, te presentan a una persona ideal, un estereotipo al que solo te puedes acercar comprando X, así de fácil y de tramposo. Tú eres basura y ahí tienes un dios, ¿quieres ser dios? compra X. Dicho así suena estúpido pero más estúpido me resulta pensar en la cantidad de personas de 40 que aparentan 30 y que buscan cremas para intentar aparentar 20. Otro ejemplo: ¿quieres tener unos abdominales de hormigón? compra X, estúpido, claro, no te dicen que eso no funciona y que el tipo que aparece en el anuncio además de no usar el producto X se tira horas en el gimnasio si no es que se mete esteroides.

Claro, la verdad es que X no tiene nada que ver con parecer más joven o tener abdominales musculados. Para eso necesitas tener menos años y ejercitar durante mucho tiempo los abdominales: ya que no te aceptas como eres te venden una trampa, un atajo que no lleva a ninguna parte para evitar la imposibilidad o el esfuerzo. Porque no has valorado la juventud o no estás dispuesto a someterte a meses de ejercicio constante, comprar algo que sabes que no va a funcionar calma tu conciencia.

Pero quizá, solo quizá, la vida ideal es la que estás viviendo ahora, tú, alguien que tiene casi todo a su alcance, con educación, trabajo, quizá hayas formado ya una familia: ¿de qué te quejas? no hablo de temas políticos o sociales de los que todo el mundo se queja pero nadie hace nada, hablo de qué más necesita alguien que tiene prácticamente todo lo que necesita y quiere. Hablo de que cuando tenemos todo eso buscamos imposibles: ojalá me toque la lotería, ojalá consiga ese puesto que me permita ganar más, etc. Cuando lo tenemos todo no tenemos nada, en vez de querernos a nosotros buscamos un nuevo estándar, un nuevo modo de vida, aumentamos nuestras expectativas lo que nos rebaja de nuevo a la nada, cero estúpido e insulso.

Hay quien pensará que eso es progresar, llegado a cierto punto yo lo llamo masoquismo.

Quizá, solo quizá, nos pasamos la vida intentando llegar a algo que no somos y que nunca seremos.

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1984 self service

Volviendo a ver la película y trasladándola al mundo actual he caído en que ya no hacen falta pantallas enormes o altavoces públicos, no necesitamos un gran hermano o una sociedad de pensamiento único. Ahora las pantallas (televisiones, monitores, móviles, etc) las compramos porque nos hacen pensar que las necesitamos o por aceptación social; la radio, el periódico y todos los demás medios de masas no solo se creen con derecho a formar nuestra opinión sino que se lo pedimos comprándolos o leyéndolos cada día: somos los clientes de vaciadores de cerebros (porque si no aparece ahí no debe ser importante), de pegamento para los ojos (porque si no lo veo no existe), candados para los labios (para hablar en ellos, con suerte puedes escribir un SMS a 2€ y esperar a ver si lo eligen) y tan contentos.

Conocimos los entresijos de la guerra de vietnam porque la prensa trabajó duro en llevarlos a nuestras televisiones en horas de máxima audiencia pero en asuntos como lo ocurrido en abu ghraib y otros desmanes la grabación, tanto con cámaras de vídeo como de fotos, por parte de los soldados fue algo necesario para que nos llegara la noticia: las cámaras, videocámaras, móviles, GPSs y otros gadgets pueden ser la mejor forma de vigilarnos, más aún siendo como son un objeto de culto para algunos. Teléfonos que no se apagan, que dicen tu posición aproximada y que pueden actuar de micrófono oculto, impresoras que, sin que lo sepas, escriben casi imperceptiblemente la fecha, hora y el número de serie, fotos que pueden decir de dónde vienen (más allá de la información EXIF), y ya hay quien afirma que el regalo estrella de estas navidades será el GPS.

Una legión de ciudadanos armados con todos estos medios deberían ser un serio desafío a los pilares de información establecidos: si en la televisión no aparece el problema X lo grabo y se lo envío a toda la gente que conozca, multiplícalo por 45 millones solo en españa y verías como pronto se dejarían de televisión basura. ¿Pero qué nos ha pasado? Parece que en una época donde las barbaridades y atropellos están a la orden del día la denuncia de estos está de capa caída,diría incluso que vivimos en un mundo de ciegos en el que si no cierras tus ojos te miran raro: está de moda (si no es que siempre lo ha estado) ser gilipollas, pensar que todo gira en torno a ti, lo mejor es pagar mucho más a cambio de algo cuyo único valor añadido es la marca, unos narcisistas a los que solo les interesa seguir a algo o a alguien.

Quiérete, pregúntate, no te rijas por lo que otros digan (y eso incluye este texto) sin haberlo pasado por tu filtro personal y actúa: tienes los medios, el conocimiento y el mundo no se va a caer porque dejes de ver la televisión 20 minutos al día.

Si hubo un momento idóneo para reivindicar, pensar y crear ese es el presente.

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