En estado-prozac todo es de color de rosa, siempre hace un sol resplandeciente y nunca llueve. De hecho la mayoría de sus ciudadanos no saben el significado de la palabra lluvia y se miran a los ojos traviesamente y se ríen de sus mayores cuando les escuchan hablar de esas cosas.
La felicidad es un bien muy preciado, de hecho existe el deber de ser feliz, recluyendo y marginando aquellos que caigan en la desdicha o el abandono. Las vías rápidas para llegar a una felicidad plena se han convertido en fe, en estandarte de la población; así, todos los hombres se peinan como los futbolistas más exitoso y las mujeres se tiñen el pelo conforme lo hace la modelo más guapa; pero no se trata solo de el pelo, también adquieren sus valores y se comportan de la misma forma: el individuo, débil e imperfecto, se convierte en un icono de sus aspiraciones, se convierte en sus aspiraciones y estas le suplantan en un alarde de tremenda felicidad.
Estado-prozac también destaca por la importancia de los bienes, los contenidos producidos a gran escala para las masas no dejas lugar a la infelicidad. El consumo es otra de esas vías rápidas: la persona puede cometer un error en cualquier momento mientras que los productos de consumo son sometidos a multitud de pruebas para que sean perfectos y felices, por lo tanto, anulando de nuevo el ser, si consumo perfección me convierto en perfección: soy lo que consumo.
Cuando en estado-prozac muere alguno de sus ciudadanos u ocurre un desamor se debe redoblar la felicidad de las personas afectadas olvidando ipsofacto tales hechos y mostrando al resto de ciudadanos la mejor sonrisa que uno tenga, el ejemplo debe cundir y ante estas situaciones solo cabe alegrarse, el motivo es indiferente pero mostrar un defecto siquiera puede desencadenar en tu procesamiento. Es por tanto exigible olvidar aquello que nos hace humanos si queremos permanecer a salvo en estado-prozac.
El ser humano, aunque débil y sufridor, debe tener una imagen de sí mismo y hacia los demás como si fuera alguien bravo y valiente: No hay sitio para perdedores, pensadores o filósofos; criticar es dudar y tampoco está bien visto así como hacer cosas distintas de la mayoría pues podría hacer sentirse a los demás infelices, lo cual es un delito en estado-prozac.
La canción Gloomy Sunday fue prohibida por su supuesta conexión con algunos suicidios en algunas emisoras europeas y estadounidenses, The bridge seguramente nunca se estrene en españa por tratarse de una película sobre suicidios: echemos un vistazo a la publicidad, su función es conseguir que consumamos un bien o un servicio a menudo mediante el uso de modelos, ¿y con qué nos encontramos? con gente feliz y sonriente, en el caso de productos para ancianos vemos modelos jóvenes, en el caso de productos para enfermos vemos gente sana, en el caso de productos para la gente que no se siente bien con su aspecto vemos bellezas sensuales: si quieres la felicidad, si quieres no ser lo que eres, cómpralo, sino sigue siendo un perro viejo y triste.
La gente dice que prefiere no ver películas dramáticas porque el mundo ya está bastante mal: excusa para seguir sin ser conscientes de cómo está el mundo, para seguir mirando a otro lado en vez de mirarse en el espejo, no con ánimo de ser presumido sino con ojos críticos hacia uno mismo.
¿Por qué no miramos más allá de nuestra burbuja, de nuestra urna de cristal?.
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Lotería bitacorera y logo
No vale la pena. El pensamiento se repetía una y otra vez dentro de su cabeza, rebotando contra las paredes de su cráneo pero le era imposible escapar. Pasó los últimos años de su vida inmerso en un universo inacabable, tan nuevo como caduco y alejado de los demás: la novedad materializada en una caja, si es que se le podía llamar así, que lo acogía, lo absorbía hacia dentro a la vez que empujaba a una parte de su ser hacia fuera. Pero ocurrió, no había sido la primera pero en aquel estado, en aquella sensación indescriptible sentía una atracción inusual, era una tortuga, simple a primera vista, pero con la que podía hacer cualquier cosa. La tortuga, no lo olvidemos, no se limitaba a un dibujo en la pantalla, existía y verla en la realidad debía ser increíble. No obstante ocurrió, el tener una mente privilegiada, unos horizontes amplios o una carrera como la del mejor corredor de fondo no le sirvió para evitar lo inevitable.
Dedicado a Seymour Papert, padre de Logo, un lenguaje de programación que, a pesar de no ser el primero que use, me hizo pasar buenos momentos.
PD: Y de paso, participando en la lotería bitacorera. Eso es fomentar la cultura y lo demás tonterías ;-)
Inmigración
La mayor de nuestras preocupaciones según el CIS.
Las imágenes dramáticas de inmigrantes africanos llegando a costas españolas en situaciones lamentables no son más que el reflejo de una situación real que lleva sucediendo demasiado tiempo. Se trata de un problema complejo puesto que son varios los actores que participan en esta obra, pero el problema radica en el dinero, es simple darse cuenta de ello si uno observa el PIB de los países del arco mediterráneo. Resulta paradójico pensar que la misma razón que nos hace no blindar nuestras fronteras es la que empuja a cantidades ingentes de gente a cruzar la frontera, poniendo incluso su vida en peligro.
Los más extremistas expresan su rechazo a políticas permisivas con la inmigración, sin embargo uno se pregunta qué derecho moral tenemos a decir quién puede o no pasar, ya que no hemos decidido donde nacer; nosotros, que basamos nuestra forma de gobierno en la voluntad de cada uno, decidimos la vida de millones de personas basándonos en algo aleatorio.
Pero no nos engañemos, la bonita idea de que todos los ciudadanos del mundo puedan moverse libremente es utópica, imposible de llevar a cabo dado nuestras limitadas economías. Quizá la inmigración más adecuada sería aquella que se realiza con contratos bajo el brazo, no obstante, y pese a la dureza de la afirmación, el pago de sueldos míseros por jornadas de doce o catorce horas nos conviene económicamente: teóricamente disminuye la inflación, y dados los hechos, estamos dispuestos a cambiar bonanza económica por sueldos míseros y la vida de unos cuantos. Admitámoslo, la modernidad, el grado de acomodamiento de que disponemos la clase media en el primer mundo a día de hoy viene dada por las condiciones lamentables de mucha más gente, trabajando por sueldos de risa y malviviendo. Pero como decía, la idea de una migración completamente ordenada también es utópica: está el problema de la corrupción en los países de origen, la falta de acuerdos entre países de origen y destino, etc.
De cualquier forma, ya se sabe, cuando se tiene que elegir entre moral o economía siempre manda el bolsillo. No es la pescadilla que se muerde la cola, es la política que hemos elegido, a veces no hacer nada es también una política.
Pero pese a las apariencias la inmigración también representa una oportunidad, bien para optar a una vida mejor o para incrementar beneficios, pero desde luego no podemos olvidarnos de que los españoles también viajaron a otros países en tiempos pasados, como resalta Cortázar en esta transcripción de una entrevista realizada en españa y que quizá, solo quizá, alguien vea un deber moral para con los inmigrantes:
… Yo sé que en españa los exilados latinoamericanos están encontrando amigos, lo sé. Sé también que hay problemas porque llegan en tales cantidades que no siempre es posible dar a basto y solucionarlo. No sé, mira, yo lo que espero es que en españa se piense que cuando en los años del treinta y seis al treinta y nueve , no tengo necesidad de decir más ¿no?, la cantidad enorme de españoles que llegó a la argentina, yo era joven en esa época y los veíamos llegar, y ellos mejor que yo podrán decirte cómo fueron recibidos, aceptados, como se fundieron con nosotros, como no hubo ningún problema. Me dirás que las situaciones eran distintas, que nosotros somos un país de inmigración, que teníamos más facilidades de aceptación, españa o francia o alemania las tienen en menor cantidad porque son países un poco colmados, los cupos, hablemos materialmente, están colmados. Pero algo me dice en un plano visceral que en todo caso en españa no se olvidará que entre el treinta y seis y el treinta y nueve ustedes los españoles, nuestros hermanos españoles, encontraron una casa en la argentina.
La matamos
Me la encontré paseando sola en el lugar y momento más inoportuno: en un paso de cebra justo cuando el semáforo iba a ponerse verde. El semáforo que cambia, el coche que arranca a toda velocidad y el ala de la paloma que queda pegada al suelo tras ser arrollada por el auto. Allí intenta volar insistentemente pero el ala torcida no le deja, no deja de darse golpes contra el suelo en su intento por escapar de lo que venía a continuación: más coches. Cuando vuelvo no es más que una mancha de plumas y sangre en mitad de la carretera.
A nadie parecía importarle.
Jamaica
Hoy me he enfrentado a la situación más irreal de toda mi vida: en la entrada del cine había un tumulto de gente alrededor de dos jóvenes jugando al ajedrez en el suelo. Uno de ellos decía llamarse el Rey del Ajedrez y retaba gratuitamente a cualquiera que se prestase a cumplir sus normas, para aderezar el ambiente al otro lado había un cartel donde se podía leer que hacía todo esto para obtener dinero con el fin de comprar un billete de avión que le permitiera ver a su padre, en Jamaica, el cual padecía una enfermedad gravísima y que hacía años que no veía.
Ante esta situación atípica (alguien con, en principio, un buen nivel de ajedrez pidiendo en la calle con dignidad) lo primero que se le pasa a uno por la cabeza no es ‘¡que desgracia!, cómo pueden ocurrir cosas así en el siglo XXI’, ni si quiera un ‘me da igual’, no; lo primero que uno piensa es ‘¿será verdad?’. Podría haberle dado los 20 euros que tenía en el bolsillo e igualmente haber pasado una buena tarde dando un paseo pero no, la precaución se impone e incluso la imaginación empieza a volar: ¿no sería más fácil que se trajera a su padre y así podría curarle aquí?, de ser verdad, ¿por qué no se pone en contacto con alguna ONG para que le ayude?, etc.
Entro en la sala y vuelve ese pensamiento: ¿podría haber puesto mis 20 euros en esa cesta y haber hecho que llegara a tiempo a ver a su padres, antes, quizá, de que el muera?, ¿le pondrán muchas pegas las autoridades?, ¿y si no lo volviera a ver?. Una película más, dos horas menos y la salida, ya no está, se fue, quizá consiguió el dinero para el billete o para su siguiente dosis. Se fue.