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Ideas, textos, pensamientos

Preguntas (1)

Ahora que se acercan las navidades, que todos rezumamos alegría y tenemos algo más de tiempo libre, me he propuesto hacer una pregunta cada día, una pregunta con la que hablar con uno mismo (por lo que no activaré la opción de comentar), conocerse un poco mejor y penar. Empezaré hoy con la siguiente:
¿Cuál es tu función en la sociedad?

La vida ideal

Felicidad es, sin duda, la palabra que define la vida ideal, así, todos hacemos lo que podemos por llevar ese tipo de vida, un tipo de vida feliz, en la que no existan las heridas, los muertos, el dolor o la peste. Lavados de cerebro desde el principio, negamos que lo malo o lo doloroso formen parte de la vida, creemos que todo deben ser buenos momentos, lo que nos hace no valorarlos lo suficiente y que las caídas sean más duras.

Pero la vida ideal no existe, ni si quiera como concepto: si lo tuviéramos todo, si no nos faltara de nada, no lo valoraríamos, de ahí, quizá, nace la competencia: ya no vale decir «soy bueno» sino que hay que decir «soy mejor que él», eso nos hace superiores a alguien, nos medimos contra otro, y esa escusa sirve incluso para las peores situaciones: sí, a mi me falta una pierna pero a él le faltan los dos brazos.

En la publicidad, por ejemplo, te presentan a una persona ideal, un estereotipo al que solo te puedes acercar comprando X, así de fácil y de tramposo. Tú eres basura y ahí tienes un dios, ¿quieres ser dios? compra X. Dicho así suena estúpido pero más estúpido me resulta pensar en la cantidad de personas de 40 que aparentan 30 y que buscan cremas para intentar aparentar 20. Otro ejemplo: ¿quieres tener unos abdominales de hormigón? compra X, estúpido, claro, no te dicen que eso no funciona y que el tipo que aparece en el anuncio además de no usar el producto X se tira horas en el gimnasio si no es que se mete esteroides.

Claro, la verdad es que X no tiene nada que ver con parecer más joven o tener abdominales musculados. Para eso necesitas tener menos años y ejercitar durante mucho tiempo los abdominales: ya que no te aceptas como eres te venden una trampa, un atajo que no lleva a ninguna parte para evitar la imposibilidad o el esfuerzo. Porque no has valorado la juventud o no estás dispuesto a someterte a meses de ejercicio constante, comprar algo que sabes que no va a funcionar calma tu conciencia.

Pero quizá, solo quizá, la vida ideal es la que estás viviendo ahora, tú, alguien que tiene casi todo a su alcance, con educación, trabajo, quizá hayas formado ya una familia: ¿de qué te quejas? no hablo de temas políticos o sociales de los que todo el mundo se queja pero nadie hace nada, hablo de qué más necesita alguien que tiene prácticamente todo lo que necesita y quiere. Hablo de que cuando tenemos todo eso buscamos imposibles: ojalá me toque la lotería, ojalá consiga ese puesto que me permita ganar más, etc. Cuando lo tenemos todo no tenemos nada, en vez de querernos a nosotros buscamos un nuevo estándar, un nuevo modo de vida, aumentamos nuestras expectativas lo que nos rebaja de nuevo a la nada, cero estúpido e insulso.

Hay quien pensará que eso es progresar, llegado a cierto punto yo lo llamo masoquismo.

Quizá, solo quizá, nos pasamos la vida intentando llegar a algo que no somos y que nunca seremos.

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